Tu coche al desguace por equivocacion

Pues resulta que me han robado el coche, o por lo menos eso era lo que yo creía. Yo aparque mi coche en una céntrica calle de mi ciudad, estacioné en una zona habilitada para ello, no infringí ninguna norma ni hice nada mal. Justo delante de donde yo aparque había un vehículo igual que el mío, del mismo color y modelo, vaya que parecían gemelos. Yo me fui  a hacer mis cosas y tardé un par de horas. Cuando llegue a por el coche ya después de haber realizado las compras y cargada de bolsas, tras apretar el botón del mando a distancia de mi coche este no se abrió, me acerco un poco más y nada, me doy cuenta al momento de que no es mi coche, que es el que había delante del mío, a la vez veo con asombro que mi coche no está.

Inmediatamente llamo a la policía para denunciar el robo de mi coche, no sabía lo que hacer, mi casa me pillaba bastante lejos como para ir andando además estaba cargada de bolsas. Cuando llegaron los agentes de policía y les conté lo que me había pasado me tranquilizaron enseguida, y me dijeron que no habían robado mi coche.

Resulta que el que había delante del mío era un denominado cochesparadesguace o así lo llamó el agente. Esos coches son vehículos averiados que por una cosa o por otra los dueños no han reparado, o bien porque no tienen arreglo o porque se desentienden de ellos cuando el arreglo se les va de presupuesto, el caso es que esos coches son retirados por la grúa municipal y llevados directamente al desguace, quiso la casualidad que el que se tenían que llevar compartiese con el mío modelo y color y que el funcionario de la grúa no tuviese en cuenta la numeración de la matricula que solo variaba en un numero.

A sí que para poner fin a aquella ridícula situación, me subí al coche patrulla, por cierto la primera vez, y los agentes me acompañaron hasta el desguace donde habían llevado mi coche. Por fin pude sacar mi coche de aquel lugar, no sin antes identificarlo como mío, para que no hubiese lugar a dudas. Cuando lo conté al día siguiente en el trabajo todos se rieron de la anécdota, a mí personalmente en el momento en cuestión no me hico ninguna gracia.